En un esfuerzo por impulsar la comprensión y empatía por el angioedema hereditario (AEH), nos complace presentar esta exposición única que busca arrojar luz a este problema. Aquí, nos embarcaremos en un viaje informativo y emotivo destinado a educar, sensibilizar y fomentar un mayor apoyo para aquellos que viven con el AEH.
Sí, Juan padece angioedema hereditario (AEH), que es una enfermedad que pueda limitar su actividad diaria al provocar episodios de hinchazón y dolor, pero sin picor, en diferentes partes del cuerpo, como son: la cara, las extremidades, el abdomen, la garganta, etc.
María, que también padece AEH, puede tener episodios con náuseas, vómitos, diarrea y, posiblemente, obstrucción de las vías respiratorias que puede llegar a poner en peligro la vida. Estos síntomas pueden aparecer tras un trauma, una infección, un procedimiento médico o estrés. Por ello, un diagnóstico tardío o inexacto del angioedema hereditario puede causar dificultades graves.
A Rosa le diagnosticaron AEH ya en la universidad, con 21 años. El inicio de los síntomas suele ser en la primera y segunda década de vida, siendo los síntomas más incapacitantes en la pubertad. La duración de los episodios de edema suele ser de 2 a 5 días y dependiendo de la zona, puede llegar a ser muy invalidante.
El hecho de no saber qué enfermedad padecen les genera mucha incertidumbre y frustración. Piensan que no tiene solución y no saben cómo se levantarán el día de mañana ni cuándo pararán los episodios.